El día de los torneos, pasé por la morería
y vi a una mora lavando
apártate mora bella, apártate mora linda
que va a beber mi caballo
que va a beber mi caballo, agua pura y cristalina
no soy mora caballero, no soy mora caballero
que soy cristiana cautiva, me cautivaron los moros.
Desde aquella esquina aquí, he venido yo delante
por ver si pudiera ser el primero que te cante
el primero que te cante, desde aquella esquina aquí.
De rosas y de claveles y de hojas de geranio
voy a hacerte una cadena para tenerte a mi lado
para tenerte a mi lado de rosas y de claveles.
Tienes una cara niña de perlas y de diamantes
y con ternura te digo, que eres la estrella brillante
que eres la estrella brillante, prima hermana de la luna.
Allá va la despedida por encima de un clavel
me despido de los novios y de sus padres también
y de tus padres también adiós adiós que me voy.
Cuando tú entras la iglesia se ilumina, cuando tú entras
y se llena de flores donde te sientas ay morena sí.
Cayó la luna en medio de la plaza, cayó la luna
y se hizo cuatro cachos y tú eres una, una dos y tres.
Tiene la novia encima de su cama, tiene la novia
veinticinco rositas y una paloma, olé que sí.
De hierbaluisa tienes una cintura, de hierbaluisa
que parece la vara de la justicia.
Que me despida mi corazón, no quiere que me despida
y mis ojitos llorando a lágrima viva.